Suesca, un pueblo donde las
desventuras cotidianas abundan para una mujer de pelo blanco pero sonrisa a
flor de piel, de un humor e ingenio
asombroso que no había nada que le quedara grande en la vida, donde cada
penuria vivida, era para ella un aprendizaje que Dios en su infinita
misericordia le ofrecía.
Ahí, nació Berthica, como
todos la llaman, una mujer con la sabiduría y la prudencia de los Dioses, una
mujer con el ahínco y el empuje para guiar y enseñar a los suyos los valores
más importantes en la vida, los valores al respeto, al trabajo, a los mayores,
al amor y a la vida.
Esta memorable novela, “Cuando
te escuchen llorar”, arranca precisamente en el justo momento en que unos
escaladores no encuentra dónde hospedarse y la única que tiene la solución, es
esta noble mujer de pelo blanco, siempre dispuesta a ayudar, a dar una mano al
peregrino, a olvidarse de sí para
socorrer al prójimo, ahí está esa mujer que practica lo que reza, que da sin
recibir nada a cambio, que llora sin que nadie la vea derramar una lágrima.
Horacio Marcelo Canteros, a
través de sus exquisitas palabras nos
regala con esta bella novela la huella de una mujer fuerte, soñadora, que posee
la valentía y la sabiduría de sembrar la
delicada habilidad para educar y enseñar a trabajar. Brinda por medio de su relato la diversidad y talento, la creatividad y los
sueños de Bertica que no se rinde con tormentas, ni miedos, ni adversidades sino
todo lo contrario, una mujer con firmeza que no para la historia, sino que la
va construyendo. Bertica para el pueblo constituye una fuente inagotable de
amor como mujer, como madre, como hermana y como amiga.
Así mismo, el autor de la
novela, recalca la importancia que tuvo para Ignacio el encuentro con
Bertilia Mocada de Silva, ella le
reafirmo el valor de seguir sus ideales, de no seguir los esquemas
tradicionales, ella una mujer sin educación formal, le dio a Nacho la lección
más sabia de su vida, hacer lo que más gusta pero hacerlo bien, con honestidad,
con ética, sin dañar a los demás, una impronta intachable que tenia doña Berthica
como manual de cabecera.
Esa mujer de cabellos de
ángel, que me acunó en sus entrañas otorgándome una vida llena de creaciones
inventadas, de versos, memorias, amistades, risas y llantos colmados de
esperanza, de comprensión, de respeto y
de amor incondicional, que hasta el día de hoy es un ejemplo de valor y
sacrificio, que me enseño el coraje de levantarme cien veces antes las caídas y
lo más relevante a creer en Dios, sí, ella es orgullosamente mi madre.
Lilia Stella Silva Moncada
Lic. en Administración
-UNQ Universidad Nacional Quilmes. Buenos Aires. Argentina-
Junio 2017